"No he venido a enseñarles nada nuevo.
Solo les pido que sean honestos consigo mismos, sinceros consigo mismos… o sea que no se mientan espiritualmente sintiendo una cosa y luego pensando otra… y creyendo que cada uno es lo que piensa.
Los invito a bañar su mente con el real desapego. El real desapego no significa dejar nada, sino más bien abrazar todo. Es bañarse del todo con el Todo completamente y así no depender de algo particular.
No te adhieras en particular a una religión, ideología, partido político o líder.
Cultiva todas las religiones, ideologías, partidos políticos y lideres.
Adhiérete a la Realidad sin restricciones, y aprende a ver que la Verdad es solo la forma con que los humanos ven la Realidad, pero nunca es la Realidad misma.
La Realidad es una sola pero las verdades son tantas como seres humanos existan.
El arte de la realización del Ser es el yoga supremo, tiene tres prácticas sencillas y no obstante necesitadas de una disciplina para realizarse, ellas son el corazón mismo de la enseñanza sobre la realización del Ser: La primera enseñanza es la honestidad de la mente; la segunda más importante es la sinceridad de espíritu de no mentir nuestros sentimientos; y la última es comprender que todo es impermanente… todo pasa y nada queda pues el devenir es constante, por eso es necesario cultivar el desapego. Cualquiera, en cualquier momento, puede aprender el arte de la realización del Ser y descubrir que disfrutará de la vida. La vida es para disfrutarla en plenitud. Con desapego a la vida, en plenitud.
Muchos creen y otros piensan que la muerte es lo opuesto a la vida como si una no fuera causa de la otra.
Si algo no muriera nada podría nacer.
La muerte es la semilla de la vida. El universo y el todo, el Ser en su plenitud es eso… el constante cambio del todo que nos enseño el Buda, o el mismo Heráclito.
Lo que nosotros llamamos muerte o vida es solo un cambio de apariencia del Ser.
La vida en el universo es absoluta, completa e infinita mientras que toda creación es siempre relativa.
Esa es la causa por la cual las personas no deberían estar tristes en la muerte, la muerte no es algo horrible o espantoso. Es solo una invasión de soledad imprevista que nos toma por sorpresa y nos hace ver, que nos quedamos sin alguien que necesitábamos para vivir. Estamos tristes por nosotros mismos más que por quien se fue de nuestro lado.
La muerte en si misma no es el final de nada, porque ella es solo el retorno al Ser infinito sin límites, que todo lo es.
Entiendan que sus amigos o seres queridos sencillamente han regresado a la patria de todos, que es el ser infinito.
No hay nada triste en ese hecho lo triste es que nosotros queríamos disfrutar de ese ser querido que nos pertenecía en espíritu.
Pero el espíritu es tan libre, que debe partir.
Sean sinceros con ustedes mismos y acepten que son ustedes los que están llorando por no poder disfrutar de ese ser amado que se ha ido.
Desapéguense de su propia soledad.
Que ellos están ahora en la plenitud más profunda y total que es el orígen de todo.
Ellos están aún en su mente, en recuerdos que son imágenes de amor y encuentren en esas imágenes el placer eterno de su compañía. Están en vosotros, en cada uno y no partirán hasta que cada uno de ustedes parta.
Dejen a los demás que sean por si mismos como pueden ser.
Esta es la realidad más contundente que puedan conocer.
Y un choque de realidad es lo que va hacer libre a los seres humanos.
Ninguno de ustedes esta solo.
La vida es un viaje y todos los seres son sus compañeros.
Pero como todo viaje debe terminar alguna vez, no se pierdan de disfrutar de este viaje que es maravilloso.
Disfruten de las cosas simples y sean libres en su espíritu.
La libertad es Moksha… es un bien preciado pero es un bien espiritual, es un sentimiento profundo e interno, nadie es libre físicamente y mentalmente para poder hacer lo que quiera e ir donde quiera.
Quien busca la libertad política, económica y social sin entender el sentido de la libertad espiritual está en un profundo error.
Los políticos y economistas buscan la felicidad de un pueblo en números y leyes, pero el espíritu obedece a otra realidad. La felicidad y la libertad no se compran con dinero, ni es producto de un decreto.
Se gana día a día con el dar a los otros. Y tiene como base el amor. El desapego.
Nadie puede ser independiente de nada, todos dependemos de algo.
La única libertad es la espiritual y esa se siente. Y como todo sentimiento, no se puede ver ni palpar… no es física, ni mental… es absolutamente espiritual.
Y reside en sus adentros.
Que el Dharma los toque para siempre”.
Dahrmachari Swami A. K. Maitreyananda
Dr. Fernando Estévez Griego
Paula Gisela Drach Bel
Discipula directa de Swami Maitreyananda.
Master en Yoga Integral. 2011
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