Una rutina de ejercicio basada solo en la estética física alimenta a tu ego, y no a tu espíritu. Esto hace que te vuelvas más vulnerable y más susceptible a los eventos cotidianos que muchas veces están fuera de tu control. Al alimentar tu ego ignoras aquello que realmente necesitas y creas lo que tu ego desea. Como consecuencia terminas trabajando en tu contra y en vez de mantenerte saludable creas un desequilibrio.

La realidad es que todos somos diferentes: tenemos diferentes caras, formas, tamaños, personalidades, etc. Nadie puede, ni debe, tener el mismo cuerpo que el otro. Nuestras experiencias de vida y nuestra disposición genética nos hacen diferentes. La buena salud y la vitalidad surgen cuando dejamos de compararnos y competir con otros, y comenzamos a escuchar nuestra voz interior que nos dice lo que realmente necesitamos. No necesitamos tener "el mejor cuerpo", sino tener nuestro propio cuerpo. Al relajar y desactivar nuestra mente controladora, finalmente podemos escuchar la sabiduría interna que estaba esperando ser escuchada.
Paula G. Drach Bel - Swamini Annapurna
Grand Master en Yoga y Terapeuta corporal y emocional.
Contacto: 2945 413930
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