Cuando
empecé a dar clases de yoga solía estar muy nerviosa en mis clases y cuando comencé
a formar mas aun. Todos los días me
preguntaba: ¿Les gustara mi clase? ¿Qué pasaría si se me olvida lo que sigue
durante la secuencia? ¿Qué pasaría si no sé la respuesta a todas las preguntas?
¿Qué pasaría si olvido el nombre en sánscrito de una asana?
El mejor consejo:
“No te preocupes por enseñar. Simplemente comparte tu practica".
Así de simple.
Y
eso es lo que he estado haciendo. Hace casi ya cinco años que este consejo me
fue dado. Hizo de mí una mejor profesora, una mejor Maestra, lo cual no es
merito propio, pues yo simplemente comparto mi práctica. Entonces, ¿Cómo ser
excelente al enseñar yoga? No pienses en enseñar. Comparte tu práctica, no tu
ego. Cuando nos enfocamos en enseñar, en impartir nuestro conocimiento a otros
o en educar a otros, estamos de alguna manera declarando cierta superioridad.
Esa actitud de “yo sé más que tu”, eso es el ego.
El
ego manda cada vez que nos autoproclamamos profesores. Liberémonos. Regresemos
a la categoría de estudiantes durante nuestra propia clase. Compartamos nuestra
práctica.
Cuando
te liberas del rol de profesor y comienzas a compartir tu práctica personal,
todo sucede naturalmente. Cuando eres genuino y no intentas enseñar, tus
estudiantes notaran la diferencia. La notaran en tu actitud, en tu voz, en tu
intención. Sé autentico. Con la intención de compartir, en lugar de enseñar, un
universo de posibilidades se abre. Cuando te liberas de la exigencia de tener
todas las respuestas, tu ego se va para la silla de atrás y puedes ser frente a
tus estudiantes.
Los
estudiantes siempre harán preguntas. No pasa nada si no tienes todas las
respuestas. Eres profesor de yoga, no un erudito, entonces no intentes saberlo
todo. Responde simplemente desde ese lugar de amor y compasión, incluso si eso
implica decir: “No sé”.
Al
ser profesores, somos nuestros estudiantes más importantes. Al compartir
nuestra práctica, puede que conozcamos algunas respuestas. Aquellas que no
conocemos nos dan la oportunidad de crecer en humildad. Los estudiantes
sentirán la diferencia entre las asanas. No te preocupes por controlar la
fluidez entre las mismas, ya sabes cómo se siente cuando tu clase es fluida. Ya
sabes cómo se siente encontrar la quietud. Entonces deja de vender la
información de tu manual y habla de la asana desde tu experiencia.
¿Qué
te genera la postura? Timidez, angustia, belleza….
¿No
la haces perfectamente? Superate!!
¿Te
tomó meses, semanas, años llegar a cierta asana, conectar con algún tipo de meditación,
pranayama? Claro! El Yoga es un camino, un estilo de vida maravilloso.
Comparte
tus imperfecciones. Eso ayudará a tus estudiantes a aceptar las suyas.
Entenderán la importancia de la paciencia y estarán agradecidos por ello.
Comparte tu práctica, no la exhibas. Permite que otros la entiendan. Si estas
ahí para que ellos observen lo que pasa con tu cuerpo, no comenzarán a observar
qué sucede con los suyos.
Usa
tus palabras y muestra la asana si hay que mostrarla, pero no exhibas tu
práctica, compártela simplemente. Y para poder compartir tu práctica personal,
de hecho, debes tener una.
Es
fundamental saber esto si estas recién graduado. Algunos profesores novatos
saldrán de su profesorado intensivo de 200 horas con una práctica sólida para
compartir. Algunos saldrán de allí más confundidos que cuando comenzaron,
inseguros de cómo armar su clase y cómo practicar. Tal vez, sus profesores
estaban enseñando en lugar de compartir su práctica.
Antes
de comenzar a compartir tu práctica, debes tener una. No dejes de ser alumno,
es muy importante.

¡Comparte,
simplemente!
¡Gracias
a todos mis maravillosos alumnos/as certificados!
Mas de 100 instructores y/o profesores formados, etapa mas que bendecida.... cada uno en su estilo, cada uno en su espacio y todos juntos para seguir creciendo.
http://asociacionandinadeyoga.com.ar
Gracias por compartir sus prácticas
conmigo!
Humildemente Paula Gisela Drach Bel - Annapurna.
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