Cuando empecé a dar clases de yoga solía estar muy nerviosa en mis clases y cuando comencé a formar mas aun. Todos los días me preguntaba: ¿Les gustara mi clase? ¿Qué pasaría si se me olvida lo que sigue durante la secuencia? ¿Qué pasaría si no sé la respuesta a todas las preguntas? ¿Qué pasaría si olvido el nombre en sánscrito de una asana?
El mejor consejo:
“No te preocupes por enseñar. Simplemente comparte tu práctica”. Así de simple.
Y eso es lo que he estado haciendo. Hace casi ya diez años que este consejo me fue dado. Hizo de mí una mejor profesora, una mejor Maestra, lo cual no es merito propio, pues yo simplemente comparto mi práctica. Entonces, ¿Cómo ser excelente al enseñar yoga? No pienses en enseñar. Comparte tu práctica, no tu ego. Cuando nos enfocamos en enseñar, en impartir nuestro conocimiento a otros o en educar a otros, estamos de alguna manera declarando cierta superioridad. Esa actitud de “yo sé más que tu”, eso es el ego. El ego manda cada vez que nos autoproclamamos profesores. Liberémonos. Regresemos a la categoría de estudiantes durante nuestra propia clase. Compartamos nuestra práctica.
Cuando te liberas del rol de profesor y comienzas a compartir tu práctica personal, todo sucede naturalmente. Cuando eres genuino y no intentas enseñar, tus estudiantes notaran la diferencia. La notaran en tu actitud, en tu voz, en tu intención. Sé autentico. Con la intención de compartir, en lugar de enseñar, un universo de posibilidades se abre. Cuando te liberas de la exigencia de tener todas las respuestas, tu ego se va para la silla de atrás y puedes ser frente a tus estudiantes.
Los estudiantes siempre harán preguntas. No pasa nada si no tienes todas las respuestas. Eres profesor de yoga, no un erudito, entonces no intentes saberlo todo. Responde simplemente desde ese lugar de amor y compasión, incluso si eso implica decir: “No sé”.
Al ser profesores, somos nuestros estudiantes más importantes. Al compartir nuestra práctica, puede que conozcamos algunas respuestas. Aquellas que no conocemos nos dan la oportunidad de crecer en humildad. Los estudiantes sentirán la diferencia entre las asanas. No te preocupes por controlar la fluidez entre las mismas, ya sabes cómo se siente cuando tu clase es fluida. Ya sabes cómo se siente encontrar la quietud. Entonces deja de vender la información de tu manual y habla de la asana desde tu experiencia.
¿Qué te genera la postura? Timidez, angustia, belleza….
¿No la haces perfectamente? Superate!!
Y siempre felicitate por cada logro, por mas pequeño que sea!
Paula G. Drach Bel
Master en Yoga
+54 2945 413930
El mejor consejo:
“No te preocupes por enseñar. Simplemente comparte tu práctica”. Así de simple.
Y eso es lo que he estado haciendo. Hace casi ya diez años que este consejo me fue dado. Hizo de mí una mejor profesora, una mejor Maestra, lo cual no es merito propio, pues yo simplemente comparto mi práctica. Entonces, ¿Cómo ser excelente al enseñar yoga? No pienses en enseñar. Comparte tu práctica, no tu ego. Cuando nos enfocamos en enseñar, en impartir nuestro conocimiento a otros o en educar a otros, estamos de alguna manera declarando cierta superioridad. Esa actitud de “yo sé más que tu”, eso es el ego. El ego manda cada vez que nos autoproclamamos profesores. Liberémonos. Regresemos a la categoría de estudiantes durante nuestra propia clase. Compartamos nuestra práctica.
Cuando te liberas del rol de profesor y comienzas a compartir tu práctica personal, todo sucede naturalmente. Cuando eres genuino y no intentas enseñar, tus estudiantes notaran la diferencia. La notaran en tu actitud, en tu voz, en tu intención. Sé autentico. Con la intención de compartir, en lugar de enseñar, un universo de posibilidades se abre. Cuando te liberas de la exigencia de tener todas las respuestas, tu ego se va para la silla de atrás y puedes ser frente a tus estudiantes.
Los estudiantes siempre harán preguntas. No pasa nada si no tienes todas las respuestas. Eres profesor de yoga, no un erudito, entonces no intentes saberlo todo. Responde simplemente desde ese lugar de amor y compasión, incluso si eso implica decir: “No sé”.
Al ser profesores, somos nuestros estudiantes más importantes. Al compartir nuestra práctica, puede que conozcamos algunas respuestas. Aquellas que no conocemos nos dan la oportunidad de crecer en humildad. Los estudiantes sentirán la diferencia entre las asanas. No te preocupes por controlar la fluidez entre las mismas, ya sabes cómo se siente cuando tu clase es fluida. Ya sabes cómo se siente encontrar la quietud. Entonces deja de vender la información de tu manual y habla de la asana desde tu experiencia.
¿Qué te genera la postura? Timidez, angustia, belleza….
¿No la haces perfectamente? Superate!!
Y siempre felicitate por cada logro, por mas pequeño que sea!
Paula G. Drach Bel
Master en Yoga
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