El espacio
físico que se utiliza para la práctica de Yoga suele ser un lugar diáfano, sin
demasiadas marcas o señales que condicionen al practicante. Sin embargo, en
muchísimas oportunidades ocurre que al
poco rato de permanecer en él, el practicante se identifica con una sola
porción de ese espacio físico a la que
luego quiere regresar como si le perteneciera.
Como ocurre en casi
todos los ámbitos de la vida, también en esta situación, se manifiesta el
apego. No es que esto le ocurra a una o dos personas, es algo generalizado y
bastante típico. Luego de haber realizado una primera práctica en un
determinado lugar, es muy probable que en la siguiente busquemos repetir el
lugar físico dentro de la sala, instalándonos en ese rincón que elegimos, como
si siempre hubiésemos estado allí.
“Este es
mi sitio” es lo que suele escucharse. Y es notable cómo algunas personas dan
rodeos increíbles hasta llegar a estar otra vez en ese punto del universo,
desplazando a los otros o simplemente adelantándose todo lo posible para ser el
primero. Esta
situación es interesante ya que puede ayudarnos a entender cómo el apego se
manifiesta de manera casi absurda en algo tan poco productivo como definir un
lugar fijo e inamovible para la práctica, aún cuando podríamos experimentar la
sesión en un lugar diferente cada vez, enriqueciéndonos con la experiencia.

Practicar
el desapego.
Como parte
de la práctica del desapego es interesante tener en cuenta la posibilidad de no
caer en rutinas innecesarias que nos impidan enriquecernos. Cada vez que
tengamos la posibilidad de modificar nuestra percepción y realizar nuestra
práctica más allá del entorno estaremos fortaleciendo nuestra experiencia y
soltando ridículos amuletos como un rincón, de un espacio físico que no nos
pertenece.
De esta
misma manera, más allá de la clase de Yoga, durante el resto del tiempo, esta
situación se repetirá muchas veces. El camino que tomamos para ir de un sitio a
otro, las rutinas que adoptamos para hacer determinadas tareas, nos pueden dar
la clave de cuántas veces nos identificamos con elementos externos creando una
idea del mundo en la que luego quedamos atrapados.
Por eso mi propuesta este año es recorrer, con la compañía de mis alumnos y de los que se sumen nuevos salones, nuevas experiencias, para valorar lo que se tiene, para conocer nuevas sensaciones, para saber que se puede elegir y nada es fijo en esta bella vida.
Rompiendo estructuras!!!!
Paula G. Drach Bel - Swamini Annapurna
Grand Master en Yoga - 2945 413930
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