La alegría y la felicidad nacen de la concentración. Cuando estás tomándote una taza de té, el valor de tu experiencia depende de la concentración. Debes tomarte el té con todo tu ser. El gozo verdadero depende del grado de tu concentración. El gozo que te proporciona el hecho de caminar concentrado es muy superior al que se deriva de un paseo distraído. Debes caminar con el cien por cien de tu cuerpo y de tu mente. Sólo entonces te darás cuenta del milagro que supone el hecho de estar vivo y caminar por este planeta.
Tú... estas concentrado?
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