Dentro de nosotros existe una isla maravillosa en la que siempre podemos obtener cobijo. Es un lugar seguro en el que nos sentimos tranquilos y felices.
Siempre que somos desgraciados, que pensamos que nadie nos ama o que hemos fracasado, cuando las cosas no van como nosotros quisiéramos, entonces deberíamos acordarnos de volver a nosotros mismos, a casa, a nuestro refugio. Tenemos que encontrar este lugar dentro de nosotros. No es fácil, porque no hay un mapa que nos muestre el punto en el que se halla. Esta isla existente dentro de ti, donde te sientes seguro, feliz y conectado, la puedes descubrir mediante la práctica espiritual.
“Aspiro y regreso a la isla que hay dentro de mí. Tiene unos magníficos árboles y en ella fluye el agua limpia. Los pájaros brillan a la luz del sol y el aire es claro. Aspiro y me siento renacido.
¡Que maravilloso es regresar a mi isla!
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