PRÁCTICA LA ATENCIÓN PLENA.
Hola gente bonita! Hoy esto de la meditación que tanto mito tiene alrededor, algo que todo ser humano trae y por el correr de la vida lo vamos dejando de lado y nos perdemos las maravillas de la vida misma.
La atención plena es una práctica simple que nos ayuda a estar completamente conscientes y presentes en el momento. Tiene como objetivo prestar atención a los pensamientos y sentimientos internos, así como al cuerpo y el entorno. No es un momento para juzgar. Es un momento para aceptar los sentimientos y las sensaciones tal como surgen, identificarlos y dejarlos ir. Se trata de centrarse en el presente sin preocuparse por el pasado o el futuro.
Reconozcamos que vivimos bajo el influjo de muchas fuentes de estímulo que nos atrapan sin darnos cuenta. Nos comportamos siguiendo impulsos y hábitos inconscientes. Nadamos en medio de una corriente poderosa.
Cultivar la habilidad de mantener la atención en el presente, sin juzgarlo, podría transformar irreversiblemente cada parte de nuestra existencia…El cultivo de la “atención plena” no sólo puede cambiar la forma en que vemos la realidad, sino que puede cambiar la realidad misma.
El ejercicio de la atención plena implica, simplemente, cultivar la conexión con el momento presente y hacer de ello un hábito. En otras palabras, se trata de permitir que cada cosa que hacemos, por más pequeña o trivial que pudiera parecer, cada pequeño suceso que se nos presenta, sea lo más importante en ese momento y tenga nuestra atención completa. La experiencia demuestra que nuestra forma de pensar determina nuestro comportamiento y éste condiciona lo que ocurre a nuestro alrededor.
Esto no quiere decir que la meditación sea una herramienta para controlar todo lo que nos sucede. Más bien es al contrario, porque para entrar en contacto con el lugar íntimo donde estamos en calma debemos “dejar de hacer” y “dejar de juzgar”. Pero la meditación de la atención plena tampoco es una mera relajación. Es una forma de ser.
Una mente no entrenada en la atención plena interpreta el mundo a través de determinados marcos de pensamiento. Estos marcos son filtros que limitan las posibilidades de percepción. Son creados por la cultura en que crecemos, el entorno familiar y nuestra propia necesidad de dotarnos de una identidad personal. La meditación ayuda a desactivar estos marcos y entonces la mente se abre a lo esencial, a las cosas tal como son.
Cómo comenzar?
1. Debes elegir un momento (intenta que sean dos minutos o más) en el que puedas centrarte en ti. Si necesitas un recordatorio, deja una nota en el espejo o el refrigerador.
2. Cuando llegue tu “momento con atención plena”, percibe lo siguiente:
¿Cómo se siente el cuerpo? Presta atención a la “respuesta” que encuentras y déjala pasar.
¿Surgen otros pensamientos? Nota cuáles son y déjalos pasar.
Siente tu respiración. ¿Respiras de manera relajada o rápida? ¿Son respiraciones profundas o superficiales?.

4. Deja pasar los juicios como “No puedo hacerlo” o “Esto no tiene sentido; tengo mucho que hacer”. Está bien tener esos pensamientos, pero no dejes que te distraigan. Nota el pensamiento, acéptalo y déjalo pasar. Después, vuelve al presente.
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