En cada ocasión, se toma un momento para detenerse y observar lo que está sucediendo en ese momento, ya sea interno o externo. Luego, se toma nota de lo que se observa, sin juzgarlo ni tratar de cambiarlo. Finalmente, se respira profundamente y se continúa con las actividades cotidianas con una mayor conciencia y presencia.
Esta práctica puede ayudarnos a ser más conscientes de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones corporales, lo que a su vez puede ayudarnos a tomar decisiones más conscientes y vivir una vida más plena y satisfactoria.
Comentarios