Que en MAYO aprendas a dar y a recibir amor. Que pases la prueba. Que rindas la última materia. Que celebres la llegada de la recompensa. Que aprendas a disfrutar. Que generes un círculo virtuoso alrededor de la palabra disfrute. Que la comprendas como el trampolín necesario para aprender a amarte. Y que te respetes en el camino.
Que en Mayo entiendas que nada es porque sí. Que todo está encajado perfectamente en ese rompecabezas universal donde una secretaria cósmica te agenda citas maravillosas con gente maravillosa que todavía no conocés. Y te cancela otras citas menos trascendentales, claro. Que mires tu cuerpo y lo veas bello. Y seas amable con vos y con todo lo que todavía falta y te resta. Que tengas un mes lleno de caricias, de abrazos, de miradas sinceras. Que sea lindo, de los que resaltan entre todos los demás. Pero sobre todo, que te diviertas. Que aprendas un poco más del arte ese de despojarte de lo pesado, de lo denso, de lo que te quitan las sonrisa. Que te rías mucho de vos mismo a pesar del caos. Que no te tomes tan en serio ni a tus problemas concretos ni a tus dramas mentales. Que un día de este mes camines con una persona bonita por la calle y hablen de pavadas. Que suspires por lo menos tres veces este mes. Pensando en algo amoroso y no en un lío estresante. Que pases tiempo con tu familia o con los que querés sin que haya caras largas o malos entendidos. Que este mes puedas aprender y echar conciencia a cada cosa, a cada decisión, a cada desafío. Que puedas comer rico, y conectarte con el placer sin culpas. Que ames con todo tu corazón a tu vieja vida para que puedas iniciar de una buena vez la vida que te mereces. Que en des el paso hacia el verdadero salto mágico que estás esperando hace años. Siglos. Eternidades. Que beses en la boca al mundo, cariño. Ya es tiempo. El momento es ahora. Que tengas un hermoso mes.
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